El arranque del invierno en Estados Unidos y Europa está siendo más cálido de lo esperado. Por esa razón, las industrias y hogares del hemisferio norte están demandando menos gas que el previsto.
El precio del producto se desplomó de una manera inédita y eso también creó una oportunidad única para Argentina. Aunque se estima que este año bajarán las importaciones por la construcción del gasoducto que une Vaca Muerta con Buenos Aires, el país seguirá necesitando gas extranjero para pasar el invierno. En el Gobierno imaginan que tendrán que comprar -al menos- 30 buques con GNL (gas líquido) para los meses de frío.
La compra de cada “cargo” de GNL estaba presupuestada a cerca de US$ 55 por millón de BTU (la unidad de medida del sector). Cada barco costaría entre US$ 100 millones/US$ 110 millones, y la erogación total superaría los US$ 3.000 millones para este año. Pero la cotización internacional del gas se hundió a niveles no vistos desde 2021. Y Enarsa, la empresa estatal que se encarga de la compra de gas extranjero, pisó el acelerador en un plan que venía trabajando desde hace unos meses: el adelantamiento de las compras de gas.
El precio actual del millón de BTU está en US$ 21. Es menos de la mitad de lo que se pagó en el último invierno (entre US$ 35 y US$ 45) y casi dos tercios menos de lo que estaba presupuestado (US$ 55). En Enarsa creen que se trata de una operación que podría generar un ahorro de hasta US$ 2.000 millones. Cada buque de GNL,que suele estar entre US$ 100 millones y US$ 110 millones en el invierno, ahora se podría conseguir en US$ 40 millones. Eso implicaría una menor erogación de entre US$ 60 millones y US$ 70 millones por “cargo”.
Si se multiplica ese número por 30 -la cantidad de barcos que Argentina necesitará-, está en juego un alivio que merodea los US$ 2.000 millones. Enarsa ya está sondeando a los principales traders de GNL, como Total, Gunvor, Vitol, Trafigura, BP. Quiere comprar ahora y aprovechar esta situación excepcional. Pero los traders también tienen su propio juego. Suponen que las temperaturas podrían volver a bajar hacia febrero. De esa forma, retomarían la venta a la mayoría de Europa.
Fuente: Clarín